La Diócesis de El Banco es una zona muy extensa rodeada por las aguas del rio Magdalena y numerosas ciénagas, lo que hace muy difícil el desplazamiento de una parroquia a otra sobre todo en los tiempos de lluvia debido a que las carreteras en su mayoría están destapadas y sufren inundaciones prolongadas, el tiempo de sequía no es el mejor ya que por no estar pavimentadas las vías de acceso hay problemas en los diferentes desplazamientos, los continuos huecos, el inmenso polvo que se alza con cada vehículo dificulta aún más la comunicación de Parroquia a Parroquia.
Los habitantes viven en su gran mayoría de la extracción de productos del suelo, la pesca y la ganadería, siendo ellos los más vulnerables a los cambios climáticos vividos de manera desastrosa cada año, que arrastra con sus cultivos, desmejoran sus animales, altera los tiempos de abundancia del pescado, siendo éste una fuente de ingreso importante para la supervivencia de esta población.
Gracias a todo esto, la calidad de vida de esta zona se desestabiliza, ya que causan muchas enfermedades, en especial a los grupos débiles como son los niños y las personas de la tercera edad, los alimentos se escasean y por ende se encarecen, sus viviendas en algunos casos son chozas improvisadas pero que con el transcurrir del tiempo se vuelven en la único lugar de refugio que tienen para vivir.
Las ayudas que reciben son insuficientes, puesto que la madre naturaleza es más fuerte y empeora cada vez más la situación.
Pero no todo es tristeza, ya que La Diócesis de El Banco cuenta con una población llena de una riqueza interior, con un espíritu servicial y con una fuerza de siempre continuar, goza con un suelo fértil y extenso, un río inmenso y hermoso que solo necesitan del aporte del hombre para seguir dándole a los seres humanos los frutos necesarios para el vivir.
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